Cuenta la leyenda que en un pueblito bien a las afueras de una gran ciudad, vivían dos ancianos infelices. No conocían la felicidad pero ni en su mas diminuta forma. Un día, cansados de la vida que llevaban, decidieron salir a buscar la famosa “felicidad”. Atrás de unas piedras, cerca de un gran lago la encontraron y decidieron guardarla en un frasco bien cerrado para no perderla. Ya con su felicidad encerrada, fueron al pueblo a mostrarle su hallazgo al resto de la gente. Ya en el lugar y todos reunidos, estaban pensando en donde guardarla para que no se pierda. Un anciano levanta la mano y dice: “¿Por qué no la ocultamos en la montaña mas alta?” a lo que uno de los sabios del lugar le contesta: “Porque con los avances de la tecnología y todo eso, la podrían alcanzar mañana mismo”. A otro anciano se le ocurrió ocultarla en lo más profundo del océano, a lo que el mismo sabio contesto de nuevo lo mismo. Por detrás de toda la gente, el hombre mas anciano del pueblo quería hablar desde ya hacia rato, pero sus incapacidades físicas se lo impedían. Cuando por fin tuvo la palabra dijo: “ Porque no guardan esa felicidad en sus corazones?”
Uno piensa que la felicidad la encuentra en un par de zapatillas nuevo, un celular o un televisor, y no es así. La verdadera felicidad la construís vos, con tus ganas de vivir, con las experiencias que vivís DIA a DIA. Cuando te sientas infeliz, valora la gente que realmente te quiere, los momentos que pasaste con ellos, que seguro una sonrisa se te viene a la cara. Nunca creas que por estar en lo mas profundo de un pozo, solo sin nadie o a punto de caer en la soledad, sos infeliz, porque tenes gente que hace lo que sea y vive por tu sonrisa. Guarda esa felicidad, esos momentos que te llenan el alma en tu corazón, porque no hay mejor cosa que crecer junto a ellos.